Aunque existen miles de especies de peces, muy pocas de ellas se utilizan para la alimentación del ser humano, siendo aun así una de la mayores ofertas culinarias en nuestra alimentación. 

Para poner un poco de orden entre tanta variedad y riqueza gastronómica, vamos a dividir los pescados en tres tipos generales: los pescados de mar, los de rio o agua dulce (aunque hayan pasado algún tiempo en el mar como el salmón) y los de lagos y piscifactorías, cada vez en mayor auge por la calidad y variedad de sus productos.

Una de las virtudes de la dieta mediterránea es su alto contenido en consumo de pescado. El pescado es en general menos calórico y más digestivo que la carne, aunque el aporte calórico cantidad aumente en las conservas, pues, el pescado pierde agua en este proceso de conservación, y gana una mayor concentración de proteínas y de grasas a igualdad de peso, al margen del aumento de calorías que supone el aceite utilizado.

En los pescados blancos, moluscos y mariscos la grasa supone el 1% de su peso. En los pescados azules esta relación varia considerablemente, por ejemplo, en la anguila alcanza la cuarta parte de su peso y en el arenque algo menos de la quinta parte de su peso. En cualquier caso, el pescado contiene un tipo de grasas distintas de la carne, las grasas poliinsaturadas, que tienen la cualidad de rebajar los niveles de colesterol en sangre, sobre todo de los triglicéridos. Ahora bien, esta característica de la grasa de los pescados también hace que desde el punto de vista culinario requieran a la hora de su manipulación un cuidado especial por la inestabilidad y la toxicidad de sus grasas.

En el tratamiento de las carnes, el reposo es incluso a veces obligado, en el pescado el deterioro comienza desde su captura. Siempre y cuando el pescado sea tratado correctamente se podrá disfrutar de sus excelentes cualidades, de su bajo nivel de calorías y grasas, de su rápido cocinado y de su extraordinaria versatilidad. Queremos, desde RECETAS.NET, ofreceros una serie de recetas realizadas con pescados de diferentes especies, como puede ser la merluza al limón, cazón en adobo o caballa (pescaito en adobo) o el mero a la naranja, entre los cientos de recetas que disponemos de pescados.