Queso, maridajes difíciles I

 

Con qué vino acompañar los quesos y, sobre todo, la cuestión de si el vino tinto marida con el queso se ha convertido en uno de los grandes debates enogastronómicos de los últimos tiempos. Si las últimas tendencias indican que la pareja queso y tinto es casi una aberración, sin embargo, hay quien declara lo contrario encarecidamente… la polémica está servida.

La Denominación de Origen Barolo sugiere maridar sus vinos con quesos de pasta dura (cuando el contenido de agua es inferior al 40%), en ambos casos se indican quesos para acompañar unos tintos de personalidad rotunda como lo son los procedentes de ambas Denominaciones de Origen.

La Denominación de Origen Tokaj aconseja acompañar la dulzura de sus vinos con quesos fuertes como el azul y también curados, lo cual puede ser una decisión muy acertada a la hora de equilibrar los contrastes que se producen entre la uva dulce y el alto contenido en sal de este tipo de quesos.

En nuestro país, la Denominación de Origen de Jerez se inclina por el Jerez Fino y la Manzanilla para los quesos suaves, el Amontillado para quesos curados y el Pedro Ximenez para los azules, siguiendo también con la tónica que acabamos de ver en el apartado del Tokaj.

Quizá la mayor dificultad sea maridar los vinos tintos de crianza con los quesos curados pero hay a quienes siguiendo el principio más básico a la hora de maridar,: “si la combinación me satisface, es válida”, defienden la postura de los vinos de crianza acompañados de quesos más bien curados.

Para abrir el maridaje semanal hemos elegido una tapita de frituras de queso que acompañaremos con un fino que siempre realzará el queso y la fritura por partida doble. El pastel con dos quesos: emmental y roquefort requiere, como hemos comentado anteriormente, un vino dulce capaz de rebajar la sal del queso y para ello sugerimos un húngaro Tokaj perteneciente a una bodega española, Oremus. Siguiendo el mismo criterio para lograr la armonía a una tarta de queso azul y nueces la casaremos con un Pedro Ximénez cuyo dulzor no sólo rebajará las sensaciones de la sal sino que resaltará el fruto seco. A la deliciosa pizza calzone rellena de requesón y embutido podríamos emparejarla con uno de esos vinos sorprendentes como lo es un toscano. Para los postres tenemos una sencilla tarta de queso que podríamos a acompañar de un vino dulce o un cava, eligiendo para esta ocasión el primero proponemos un moscatel navarro.

Desde aquí lanzamos un par de pistas como la de casar un Oporto con un queso de crema como una Torta del Casar o la Serena y un Gruyeres con un vino Riesling.

Esther Britos
www.enocircuit.com

Maridajes Recomendados:

Frituras de Queso: Lustau Puerto Fino, DO Jerez

Tarta de Queso Azul y Nueces: Hidalgo, Pedro Ximenez, DO Jerez

Pastel con dos quesos:Oremus, Furmint Dry Mandolás, 2003, Tokaji, Hungría

Calzone con Requesón: Lamaione, 2001, Tenuta Castelgiocondo, IGT Toscana, Italia

Tarta de Queso: Moscatel Capricho de Goya, Bodegas Camilo Castilla, DO Navarra

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