La miel es un tipo de melaza azucarada que elaboran las abejas para alimentar a sus larvas y asegurarse la subsistencia durante el invierno. El proceso de fabricación de la miel, a partir del polen de las flores, permite la fecundación de multitud de plantas; sin ellas sería imposible disponer de muchos de los vegetales que hoy día conocemos. 

La miel es conocida y utilizada por el hombre desde antes del periodo Neolítico, los hombres sacaban la miel de panales silvestres, ayudados por humo para espantar las abejas. Hay constancia en jeroglíficos de que los egipcios tenían técnicas muy avanzadas de apicultura, e incluso hacían trashumancia para aprovechar las floraciones a lo largo del Nilo. Los egipcios usaban la miel en ofrendas religiosas y en momificaciones, e incluso se han llegado a encontrar pasteles hechos con miel en algunas tumbas.

En las civilizaciones griega y romana, además de comerla directamente, la mezclaban con agua dejándola fermentar, para hacer bebidas alcohólicas: el "néctar de los dioses"; la miel era considerada un manjar divino. Los romanos transportaban el pescado de países remotos, dentro de vasijas llenas de miel donde se conservaba, de igual modo que las frutas. Era tan apreciada que se exigía como parte de los tributos a los pueblos vencidos.

La miel también ha estado ligada a la religión. Zeus, el dios supremo del Olimpo, fue alimentado en su juventud con miel. En los Salmos de la Biblia se hace mención a la miel. Una de las Suras del Corán, está dedicada a la abeja, y Mahoma la consideraba como un remedio para todas las enfermedades.

Su concentración en azúcares la convierte en un alimento altamente calórico. El contenido en minerales es más bien modesto (0,1-0,2%), el elemento más abundante es el potasio seguido de cloro, azufre, calcio, fósforo, magnesio, etc. Aunque la miel contiene ciertas vitaminas y minerales, que no se encuentran en los azúcares refinados, las cantidades son tan pequeñas que no tienen importancia en términos de las necesidades diarias. Es cierto que la miel contiene inhibidinas, sustancias que le otorgan la capacidad bactericida y antiséptica, pero en ningún caso la miel es una panacea.

La principal característica de la miel es su elevado contenido en fructosa, que se convierte principalmente en glucógeno en el hígado, proceso que no requiere insulina. Sin embargo, por su contenido alto en glucosa, la miel debe considerarse aún como alimento que debe controlarse en personas con diabetes.

Hasta la aparición de los azúcares refinados de caña y de remolacha, fue un elemento y edulcorante fundamental de la dieta Aun hoy día la miel es un elemento indispensable en cualquier cocina. Su sabor y textura la hacen indicada para muchísimas recetas y, no sólo de postres, como el cordero con ciruelas y almendras, la tarta de miel o las galletas de miel.