El Sésamo o ajonjolí de nombre científico, “Sesamum Indicum”, es una de las semillas oleaginosas más antiguas conocidas por el hombre. Es una planta herbácea; sus flores son de color blanco rojizo o amarillo y su fruto es una cápsula que contiene un gran número de pequeñísimas semillas color paja con cierto sabor a nuez y de las que se puede extraer una gran cantidad de aceite comestible.

Esta semilla, originaría de África y se difundió, por el mar Índico llego a la India, allí se crearon un gran número de variedades y formas, y rápidamente pasó a China y Japón, regresando al oeste estableciéndose con nuevas formas en Asia Central, países del mediterráneo y África del norte. Su cultivo data de tiempos remotos, debido sobre todo por su aceite; fue conocida desde hace miles de años en las ciudades situadas a orillas de los ríos Tigris y Éufrates. Hay papiros que datan del 1500 antes de Cristo que mencionan a esta semilla. Ya en China se conocía en el año 2000 antes de Cristo

Utilizado abundantemente por los hindúes y chinos que utilizan el aceite de sésamo para embellecer la piel y para cocinar.

La ruta de las especias o de la seda, trajo a occidente esta semilla que empezó a emplearse en sustitución del el aceite de oliva. En el famoso libro “Las mil y una moches”, Sahrazade, contaba historias encadenadas y sin fin, entre ellas las de “Ali Baba y los cuarenta ladrones”, donde el protagonista emplea la frase mágica de “ábrete sésamo” para lograr el mayor tesoro escondido, ese era el concepto, de esta pequeña semilla, todo un tesoro, para la belleza y la gastronomía.

Una vez establecida en occidente por comerciantes de especias árabes, llego a América, llevada tanto por los españoles como por los esclavos negros de África.

El sésamo es muy versátil puede ser mezclado junto con otras especias para lograr salsas. Se le utiliza entera espolvoreada sobre ensaladas, como adorno o ingrediente de galletas, dulces, panes (los panes de hamburguesas, contienen sésamo por encima), así como en la producción de aceites y productos cosméticos.

El sésamo es un paradigma de la salud y la alimentación, ya que contiene casi 20% de proteínas, un gran porcentaje de vitamina B y un 55% de aceite, por lo que contribuye a mantener la piel lozana y brillante. Casi la mitad del peso de la semilla es aceite y el resto proteínas (35%), hidratos de carbono (8%), minerales (2%). Aconsejable durante el embarazo y la menopausia por su gran aporte en Calcio. Colabora a la mejoría ante la rigidez de las articulaciones. Se recomienda en periodos de debilidad o anemia por su contenido en Hierro. Previene la infertilidad masculina por su aporte en Zinc.
Está recomendado para personas que padecen de depresión, insomnio e irritabilidad.

Asimismo tiene propiedades reconstituyentes para las personas con desgaste intelectual y sexual (en los países asiáticos lo usan para potenciar la capacidad y vitalidad sexuales). El ajonjolí es además muy rico en calcio, por lo que también es bueno para las personas con enfermedades degenerativas como la osteoporosis.
En la medicina china es utilizado para lubricar el corazón, el hígado, los riñones, el páncreas y los pulmones. Su aporte en lecitina (supera en cantidad a la soja) ayuda a reducir y controlar los niveles de colesterol. Están muy equilibradas a nivel de Sodio y Potasio, con lo cual nos ayudan a tener un buen equilibrio hídrico.

Es recomendable, una vez abierto guardar el producto en un lugar seco para preservarlo de la humedad. El sésamo es ideal para guisos de pescado o pollo, ensaladas y repostería.

Como es habitual, con cada artículo acompañamos unas recetas donde el producto o tema que se trate es imprescindible en dichos platos como las empanadillas de carne y tomate, el solomillo con miel y soja y cebollas confitadas o el cordero con ciruelas y almendras.