El Bizcocho

 

Es raro no encontrar un pueblo o una región que no tenga su bizcocho particular, existen miles de formas de preparar este rico manjar. Su composición básica es harina, huevos y azúcar o sal, dependiendo de en qué se vaya a emplear. 
Su origen es antiquísimo, se menciona ya en el antiguo Egipto en la tumba de Ramsés III, diez siglos antes de Cristo. Los romanos lo llamaron dos veces cocido (“bis coctus”) y era muy empleado por legiones y marinos como alimento básico, se cocía una vez y después antes de su uso se volvía a cocer para que estuviese blando.
Aparte de los ingredientes básicos, en la preparación se pueden añadir otros ingredientes, tales como aceite o mantequilla, bicarbonato o levadura, aunque algunos opinen que en tal caso no se podría llamar verdaderamente bizcocho. Otros ingredientes que se pueden añadir son yogurt, mermeladas, licores, frutas, esencias de sabores, leche, nata o crema, frutos secos, chocolate y en algunos casos hasta verduras.
Uno de los secretos de su aspecto esponjoso y suave es el batido de los huevos; se pueden batir juntos con el azúcar o por separado las claras, llevadas a punto de nieve y después mezcladas con las yemas. La harina ha de ser de repostería, nunca de fuerza, si no, no subiría, y se ha de añadir tamizada. Una vez realizada la base se pueden añadir esencias y los otros ingredientes propios de cada receta. El horno se debe precalentar a temperatura media alta y al introducir la masa, bajarlo a temperatura media. No se debe abrir jamás el horno durante la cocción, si no, se caería el bizcocho. La duración de la cocción dependerá del tamaño y de los ingredientes que lleve dentro, desde un cuarto de hora a más de una hora. Para saber si está realmente terminado basta con introducir en el centro del bizcocho una aguja, y si sale limpia es que está hecho.
Sus denominaciones y formas son innumerables, desde las pequeñas magdalenas, en el mundo anglosajón llamados “muffins”, hasta las tartas de bodas, de varios pisos de altura y con una decoración exquisita, pero también están las mantecadas, los "sobaos", los bizcochos borrachos, la colineta, el maimón, las soletillas, las cocas, los mojicones y mil nombres más, como el tan extendido bizcocho cuatro cuartos o el tan conocido “plum cake”.
Sus formas dependerán del molde empleado, que suele ser redondo, cuadrado o rectangular, y su grosor dependerá del empleo que se le vaya a dar. Así para un brazo gitano, deberá ser fino y alargado, para poder enrollarse, en cambio para hacer tartas se emplea el llamado bizcocho de genovesa o de “génoise” en francés. Estos últimos suelen ir “emborrachados” de variados licores rebajados con almíbares. Esta técnica se suele emplear en tartas o tortas para celebraciones, que después se cubirirán de nata, chocolate, etc.
A continuación recomendamos varias recetas con las que podrás preparar deliciosos bizcochos, como Bizcocho de yogur I, el Plum-cake de mongeta, la coca de llauna, el Bizcocho de yogur con cabello de ángel I o el magnifico bizcocho de coco.

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